La política es uno de los pilares básicos de la organización social, reivindicamos la importancia de su rol en la construcción de sociedades justas, igualitarias y cuyo centro esté en las personas, las comunidades y la naturaleza.  El dolor y la tragedia de los más débiles, de los que históricamente han debido soportar el peso de las traiciones, indignidades y abusos nos interpela y nos mueve a promover la construcción de modelos basados en el respeto de los derechos humanos, la democracia sustantiva y el reconocimiento de la soberanía del pueblo en la conducción de su vida en sociedad. Somos de izquierda.

 

La Izquierda Cristiana de Chile no es un partido confesional, forman parte de ella cristianos católicos, evangélicos y protestantes, ateos, agnósticos, judíos; sin embargo todos entendemos la confluencia entre fe y política y sustentamos de manera íntegra los valores cristianos, ellos nos conducen a trabajar y comprometernos en la búsqueda y construcción de la justicia moral y social. Por ello tomamos posición clara al lado de los débiles, los excluidos, los pobres y oprimidos.  El sustento valórico, intransable y que nos inspira diariamente, son  los principios filosóficos de la tradición cristiana, es la mirada del cristianismo que expresa la Teología de la Liberación lo que sustenta nuestro espíritu de lucha y nos inspira a  no dejarse vencer por el accionar del injusto, del poderoso que persigue su ostentoso recaudo económico, dejando de lado el crecimiento espiritual y material de las mayorías y que sólo busca egoístamente su beneficio personal.

 

No somos marxistas, pero ello no nos mueve a  satanizar el marxismo, ya que creemos en la necesaria unidad entre marxistas-cristianos y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad comprometidos en procesos de transformación social. Creemos en la necesidad de su existencia, ya que indudablemente en estos últimos tres siglos han liderado las reivindicaciones de los oprimidos, creemos en la necesidad  de nuestra convivencia en común.

 

Creemos en la unidad política y social  del pueblo.

Creemos que esa  unidad se construye en torno a la antigua y nueva doctrina de los derechos humanos.

Creemos que la transformación pasa por la construcción de un hombre y una mujer nueva.  Para ello es necesario construir una nueva cultura de efectivo respeto y fraternidad entre las personas, los pueblos y la naturaleza.

Creemos que eso supone ineludiblemente ganar la batalla de las ideas, ahí está la esencia del cambio.

 

Trabajamos en equipo y la fortaleza espiritual, la integridad moral de todas las mujeres y hombres que  hoy militan en nuestro partido, nos entregan la convicción que somos un partido político que se anticipa al futuro, que es un provocador del cambio social con una clara proyección de lo nuevo, del BUEN VIVIR  y de la justicia social como instancia permanente de vida, de crecimiento, de armonía y de paz de vida.

 

Finalmente creemos  que nuestro compromiso es “modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.”

 

Bienvenido a la Izquierda Cristiana de Chile.

 

Fernando Astudillo Becerra (hijo de Alberto y Mercedes)

Presidente