Por qué Ingresar a la IC
Si crees que la más importante lección que nos dejan estos últimos 40 años es la conciencia de toda la humanidad del fracaso del capitalismo, seguramente eso llevó al Washington Post a publicar en una editorial de abril de 2020:
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“O muere el capitalismo salvaje o muere la civilización humana”.
Si crees
que ya no todo se resuelve con la libertad de mercado, nunca en realidad se resolvió, y que existe la necesidad de rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas. El mercado no solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal, sino más bien no resuelve nada ya que agudiza los problemas básicos de las personas en la desigual distribución del ingreso y en la realización de los mínimos de dignidad necesarios para la vida. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas fracasadas frente a cualquier desafío que se presente.
Si crees
que no se puede confiar en la economía de mercado y en los desarrollos de la tecnología como medios para superar la grave crisis medio ambiental, social y sanitaria que nos aqueja y piensas que la respuesta está en una economía a escala humana y de solidaridad.
Si crees
que hay que desterrar una visión individualista de la existencia, que hay que reivindicar el sentido social de esta, y la convicción sobre la inalienable dignidad de cada persona.
Si crees
que la verdadera idolatría del consumo que vemos, impide el desarrollo de las potencialidades básicas de mujeres y hombres como individuos/as y como comunidad. Cierra las puertas a un desarrollo integral, es decir, espiritual, cultural; al disfrute y protección de la naturaleza y sobre todo a la solidaridad, sin la cual no es posible erradicar la exclusión y construir la justicia social.
Si crees
que los Estados y los pueblos deben poner en el centro los derechos fundamentales como: la salud, la alimentación, una previsión digna, la vivienda y la educación. Porque la satisfacción de estas necesidades constituyen y expresan las condiciones básicas de dignidad de los seres humanos. Que hay que revitalizar el sistema público que ha expirado en los brazos del capital privado, haciendo de todos los bienes y necesidades esenciales una mercancía.
Si crees
que no podemos seguir viviendo en un planeta donde más del 80% de la riqueza está concentrada en un 1% de la población y que terminar con la desigualdad es un imperativo ético esencial, si queremos paz social y sustentabilidad de nuestras sociedades.
Si crees
que es deber de los Estados tomar en serio la agenda del 2030 sobre desarrollo sostenible y hagan carne su decisión de estar “… resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales”.
Si crees
que esto último, debe movernos a repensar en la utilización de energías limpias, de cambiar nuestra actitud frente a la naturaleza y su uso, no podemos seguir mirándola como un objeto infinito cuyo único destino es su explotación.
Si crees
en la interdependencia entre unos y otros/as. Todos/as necesitamos ayuda de los otros seres humanos, de los animales y de la tierra. Es tiempo de cambiar el paradigma del individualismo por el paradigma del colectivismo y la solidaridad.
Si crees
que se deben crear Estados de justicia social, como una manera efectiva de poner a disposición de todos/as los bienes y servicios esenciales, los que deben quedar fuera de las leyes del mercado.
Si crees
en la vigencia de los viejos paradigmas que se expresa en la unidad, organización y concienciación de los trabajadores/as, de los marginados/as, de los oprimidos/as; todo sobre la base de la búsqueda y construcción de la solidaridad, igualdad y justicia social en nuestras relaciones sociales nacionales e internacionales.
Si crees
en la democracia sustantiva, participativa, donde el pueblo es el soberano y el artífice de su destino. Donde la base de la política esté en la ética.
Si crees
en la necesidad de superar una civilización fundada en lo técnico-industrial y el individualismo y pasar a construir un conjunto de costumbres y saberes basados en la fraternidad y solidaridad, de preservación y cuidado de toda la vida como una forma de derrotar la amenaza del fin de la especie humana, en ella nos llama a tener una visión de esperanza de que podemos transformar la humanidad y a trabajar en crear una conciencia de que debemos cambiar el rumbo.
Si crees que estos valores se expresan en un pensamiento de izquierda y cristiano
Bienvenidas/os a la Izquierda Cristiana de Chile, aquí hay un lugar para plasmar tus sueños.
DIRECCIÓN NACIONAL DE LA IZQUIERDA CRISTIANA DE CHILE.
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FERNANDO ASTUDILLO BECERRA (Presidente), HÉCTOR SOTO, HUMBERTO GONZÁLEZ, JULIO MÉNDEZ,
BRAYAN GALAZ.